El lobby farmacéutico y médico otra vez

Claudio Agostini

Claudio Agostini

Desde octubre de 2010 que se tramita en el Congreso un proyecto de ley para permitir la venta de medicamentos sin receta en supermercados. Esta simple medida le quita la exclusividad legal que tienen las farmacias en la venta de remedios y genera mayor competencia en este mercado.

Un primer efecto esperado positivo de este proyecto es que bajen los precios de los medicamentos, ya que habrá más actores compitiendo en el mercado y algunos de ellos como los supermercado con menores costos de distribución. Un segundo efecto positivo esperado es darle un mayor acceso a la población a medicamentos tan básicos y de uso común como una aspirinas o una vitamina C. Este beneficio no es menor, en el barrio alto hay farmacias casi en cada esquina y en los principales centros urbanos también hay suficiente oferta, pero esa no es la realidad del país. Hay casi un 20% de comunas donde no hay farmacias y muchas zonas rurales donde hay solo una y está relativamente lejos, por lo que ejerce el poder de mercado que tiene.

En países desarrollados es común que los remedios que no requieran receta médica se vendan en supermercados e incluso aeropuertos. No hay evidencia alguna de que ello haya traído algún efecto negativo en la población y sí hay evidencia de que los precios de ese tipo de medicamentos son más baratos que en Chile.

A pesar de todo ello, el proyecto de ley ha sido fuertemente criticado por el Colegio de Químico Farmacéuticos, la Asociación de Farmacias Independientes y el Colegio Médico. La influencia de ambos grupos fue tan fuerte que el gobierno se vio obligado a retirar el proyecto del Congreso ante un inminente rechazo. Loa argumentos hasta ahora no son muy convincentes ni consistentes. Un supuesto riesgo para “la salud de los chilenos” de este proyecto es que aumentaría la automedicación. Parece un argumento serio y genera preocupación, pero lo que sabemos es que hoy casi 60% de los chilenos se automedica. Es decir, la exclusividad de la venta de remedios en farmacias no ha impedido que ocurra lo que los farmacéuticos y médicos dicen temer.
La razón es muy simple, son los mismos vendedores en las farmacias los que “recetan” y recomiendan remedios a los clientes. Incluso más, en el momento de pagar incentivan la compra de otros medicamentos en oferta. ¿Por qué el Colegio de Químico-Farmacéuticos no se opone a estas prácticas que hoy aumentan la automedicación? En un supermercado no va a haber un vendedor presionando por comprar otros remedios en ofertas, así que puede ser que incluso la ya alta automedicación existente disminuya, pero obviamente es mal negocio para las farmacias.

El riesgo de automedicación no parece ser un buen argumento. Además desconoce la realidad en Chile, ya que hay muchas ferias donde hoy es posible comprar remedios de todo tipo, incluyendo los que requieren receta. Eso es mucho más riesgoso, los consumidores ni siquiera saben si esos remedios están vencidos o no y en qué condiciones se han mantenido, ya que se venden en tirar separadas y no sellados en caja. Tener acceso a esos mismos remedios en un supermercado y con precios más bajos disminuye ese riesgo, 
Me parece lamentable que un proyecto que favorece a la gran mayoría de los chilenos, en especial a los de comunas más pobres y rurales, pueda ser bloqueado por grupos de interés minoritarios. El rol de los parlamentarios es precisamente hacer lo contrario, legislar en favor de la mayoría en conciencia, libre e informadamente. Al parecer mientras no se regule el lobby, no se transparente el financiamiento de las campañas y no se establezcan inhabilidades no es fácil que ello ocurra. ¿Cuántos parlamentarios recibieron financiamiento de grupos económicos propietarios de cadenas farmacéuticas? ¿Cuántos tienen familiares en el negocio farmacéutico? En mi opinión, no hay buenos argumentos para oponerse a la venta de remedios sin receta en supermercados, pero aún hay grupos de presión que bloquean reformas que favorecen a la mayoría.